Thursday, June 18, 2009

Cómo llegué a trabajar en el The New York Times


Tengo la extraña necesidad de iluminar para sentirme iluminado. Dicho así a la frase le falta la palabra "ángel" o "alas" para ser una canción de Maná. Otro día hablaré de los artistas musicales mexicanos y su repetición constante de los temas. Dejando a un lado lo espiritual de Maná, sólo apunto dos: Luis Miguel, que lleva cantando la misma melodía con diferente letra toda la vida; y Santana, que hace el mismo punteo en todas las canciones, en todas! colaboración con Eros en "Fuego en el fuego", "Corazón Espinado" con Maná... Mítico es el vídeo de Smonka con el tan parafraseado "Venga ya Santana, vete a la mierda, siempre con el mismo punteo".

En fin, a lo que iba. Que no sé estar solo. Como si necesitara una mitad para sobrevivir. Llevo 26 años intentando averiguar por qué. Pero tampoco me molesta mucho. Sé que hay estrellas, no cuántas hay, que dice Vallesi. Para sentirme menos solo canto, y a veces pienso cosas raras. Una vez decidí montar una empresa, y encontré inversores y una subvención de 30.000 euros. Y doy fe de que la idea es rentable a corto plazo, además de ser innovadora y entretenida. El proyecto está en pause a falta de tiempo.

Vimerà me suele recordar la frase que más ha escuchado de mi boca desde que nos conocemos "ahora porque estoy liado, pero a partir del mes que viene nos ponemos...". A mi la que más me gusta de él es la de "no te digo ni que sí ni que no", siempre que le propongo un plan para la noche en cuestión. Luego están sus grandes hits. Cómo no acordarse de su "corriendo por la alba" en lugar de "por la banda", o cuando utiliza su fino humor negro: "lo que no puede ser no puede ser, como el fútbol para ciegos", o su lado más rosa "se han juntado el hambre y las ganas de comer", los susodichos están buscando piso tras casi tres años de romance... La mejor, sin duda, fue la que nos entregó por capítulos hace ya un tiempito. Refiriéndose a un Guardia Civil dijo "tiene un nombre característico..." y tras pasarnos casi una hora diciéndole nombres de lo más extraños "Agapito, Ornaldo, Florencio...", se le enciende la bombilla y dice "Alejandro!!" "Alejandro? Eso es un nombre característico??" Lo peor de todo es que sigue manteniendo que Alejandro es un nombre poco habitual. En Sant Andreu todos se llaman Francesc. Todos menos Juan, el regente chino del bar Ideal. Por cierto lo del nombre Ideal viene de Idea en chino, y lo sabemos porque aparte de ser asiático y hablar fatal, es un tipo bastante ingenioso en los platos que prepara. Le puedes pedir una hamburguesa sin cebolla y con queso y te trae justo lo contrario, eso es cocina creativa y no lo que hace Ferran Adriá o Juli Alcoriza (para este señor tb tengo un proyecto empresarial interesante; mientras reúno el dinero suficiente lo mantengo en la cantera del Suquet de l´Almirall).

Vuelvo a liarme y aún no he dicho lo que quería decir. Lo de la empresa queda ahí con su plan de viabilidad esperando tiempos mejores y un mercado más maduro. Lo que sí va a tomar forma es nuestra revista-comunidad. No puedo avanzar mucho más. En breve os informaré detalladamente.

Yo siempre quise trabajar en el New York Times, así sin el The. Nunca fui de Herald Tribune, o de Washignton Post, ni si quiera del Daily Planet. Aunque con las veces que me hicieron cantar en las colonias "El Pequeño Supermán" de Perales bien podría haber sido una opción lógica. Pero no. Ya en la ESO fundamos Efectes Secundaris, por aquello de la secundaria. Sí, mi humor no ha cambiado mucho desde entonces.
Envíe mi currículum al New York Times justo al acabar Periodismo pero la cosa no funcionó. Luego me inscribí a la Borsa de Treball de la uni que es algo que rutlla a las mil maravillas y es un no parar de ofertas con jugosos sueldos. Dicho lo cual con el sarcasmo correspondiente. Así que decidí aprender a venderme mejor e hice Publicidad y RRPP, y más tarde el Doctorado en Política, Media y Sociedad. Y en todo ese tiempo no recibí ninguna llamada del periódico americano; pero deduje, en mi singladura por las licenciaturas, algo que sería definitivo: ande o no ande, hazte el farsante. Así que en vista que jamás recibiría una llamada del New York Times, decidí, concretamente el pasado martes 16 de Junio, crearlo. Y no sólo soy el fundador sino que también soy el Presidente y el Redactor Jefe, como lo he creado yo... Así que ya he cumplido mi sueño. Hasta tengo mi propia tarjeta con el logo en letras románicas (no sé si son románicas o maronicas, pero se parece al original bastante) David López, Fundador de Know Your Times, dicho rápido suena igual. "Está Zapatero? Que se ponga! Le llama David López, Fundador del Nkow Your Times" Inlcuso tenemos página web www.knytimes.com (de knytimes.com a nytimes.com, no hay tanta diferencia)

La lección de hoy es, amigos, que no hay nada que te impida cumplir tus sueños, porque somos unos bichos que viven como mucho 85 o 90 años, en un planeta que tiene 4500 años y al que le quedan otros 4500 años más. Y si alguien nos cuestiona, argumentaremos. Se lo dice el padre al hijo en "Gracias por fumar" cuando el niño le pregunta si puede escribir lo que quiera en su redacción escolar sobre el gobierno americano, el padre le responde "puedes decir lo que quieras, inlcuso criticarlo"; el niño cuestiona: "y si me equivoco?", y aquí viene la sentencia paterna: "eso es lo bueno de argumentar, si argumentas bien no te equivocas nunca".

Lo lamentable de todo esto es que es verdad. Como dice Arjona, "Si nunca dije la verdad fue porque la verdad siempre fue una mentira". El protagonista de "Gracias por fumar", dirigida por Jason Reitman (hijo de Ivan Reitman), Nick Naylor (Aaron Eckhart) es el portavoz de las grandes tabacaleras norteamericanas y pese a defender lo indefendible su capacidad para argumentar le lleva a salirse siempre con la suya.
Yo siempre suelo decir que todo, absolutamente todo, es argumentable. La cuestión es qué quieres creerte, a qué haces caso. Porque argumentar, aquí se ha argumentado hasta una guerra y eso no va de fumar o de crear un periódico, va de matar gente. Y aún hoy hay quien se cree los argumentos esgrimidos y el propietario de los mismos va por ahí dando charlas a razón de 60.000 euros la sesión.