Monday, May 30, 2011

La ardua tarea de mantener el equilibrio

Hoy está lloviendo. Llueve extraño, a rachas, intermitentemente, como resbalándose las gotas entre las nubes. Y a ratos brilla el sol, apareciendo fugaz detrás de tanta lluvia triste. De tanta lluvia lenta y torpe, tan torpe que no sabe ni llover seguida. Alguien no debe estar haciendo bien su trabajo. Debe estar enfermo el director de cuentas. O el responsable de protocolo se habrá tomado el día libre. Habrá llamado esta mañana para excusarse. "Me duele la cabeza". No es normal este caos. Que aclaren si debemos llevar paraguas o manga corta. O ambas cosas. "Que se pongan de acuerdo. Así no hay quien trabaje", afirmaban esta mañana desde el sindicato de meteorólogos. El becario encargado de la previsión de Apple para Iphone lamentaba su suerte: "No doy una. Primero trabajé como asesor económico del gobierno. Luego en el departamento de riesgos laborales de Fukushima..."

Lo cierto es que a instantes luce el sol, como si por ese huidizo momento las gotas consiguieran mantener el equilibrio y no caer. Y yo imagino que bailan, ahí arriba, descalzas. No debe ser fácil. Las hay, incluso, que deciden liberarse de la presión, como quien decide salir a fumar, y se dejan caer al vacío, agarrando fuerte sus piernas con sus manos, cerrando los ojos, al grito de "booomba", como un niño en una piscina. Luego el sol hace el resto, las evapora, las devuelve a su hábitat natural, y allí discuten de temas comunes, del amor y sus curiosidades. Hasta el siguiente día de lluvia, cuando la gravedad les pueda.

La complicada tarea de mantener el equilibro. Como días de lluvia semejantes a hoy, sin orden ni concierto.
Y es que a veces no sabríamos decir qué nos ocurre. Holly Golightly (Audrey Hepburn) en "Desayuno con diamantes" les llamaba días rojos:

- ¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?
- ¿Color rojo? Querrá decir negro.
- No, se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué. En esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffany’s, porque nada malo me puede ocurrir allí.

Hay quien no tiene un Tiffany's particular y lanza mensajes de auxilio como argumentos un argentino, indiscriminadamente. Si no obtienes respuesta no desesperes, probablemente los estás enviando al destinatario equivocado. O quizá no estás sabiendo ver quien te está respondiendo. Seguramente miras en la dirección equivocada. Porque siempre, siempre, en algún lugar, sale un tren de medianoche.

El próximo 14 de Junio se cumplen 20 años del mítico "Concert de Mitjanit" de Sau. Yo crecí escuchando una y otra vez ese CD. Yo quisiera subir una noche a ese tren.