Thursday, November 18, 2010

Ya no


Ya no. Hasta ahora ha sido así. Pero ya no. Cogí mi tiempo pequeño y lo estiré como un chicle. Lo convertí en eterno. Le di mi ventana con rejas. Mi teléfono para citas. Mi calculadora de sueños. Mi desastre en proceso. Le di lo que hoy le niego. Las entrañas y el alma. El sístole y el diástole. El ligamento cruzado. El pulmón izquierdo. "No se puede dedicar el alma a acumular intentos", suena de fondo. "No se puede manejar el alma como una Nintendo", invento. "Pesa más la rabia que el cemento", concluye. Coincido. Ya nada volverá a ser como antes. El niño que vive en mí lo recuerda. Su mano lo escribió décadas atrás. "Cuando la esperanza desiste el corazón se agrieta y reina el silencio en cada rincón de la casa". La vigencia de las tristezas. Actuales. Sea cuál se la época. "Hay una mujer". De nuevo. La misma terapia. La misma esperanza.

El corazón amaga. Presenta alegaciones. La parte del alma que entiende de olvido le secunda. La razón no cede. El cansancio replica. Con la venia, señoría. Admitido el recurso. Se dicta sentencia: ya no. Ya no...